¿CÓMO LEER UN ARTÍCULO ACADÉMICO?
Traducción (con bastantes variaciones) de la "Guía
para leer un artículo filosófico" de James Pryor
[http://www.princeton.edu/]
Realizada por M.J. García-Encinas y ajustada por Fernán
Ramírez para el curso de ética profesional en la CUC, Barranquilla 2013.
1. Echa un vistazo al artículo para encontrar su conclusión
y hacerte una idea de su estructura
Una buena forma de empezar cuando vayas a leer un artículo
académico (difícil) es echar primero una ojeada para identificar la conclusión
principal del autor. Pon especial atención en los párrafos del comienzo y el
final, puesto que los autores te dirán ahí a menudo lo que intentan defender.
Cuando averigües la conclusión principal, intenta ponerla en tus propias palabras.
Esto te ayudará a asegurarte de que realmente has comprendido lo que el autor
está argumentando.
Cuando estés leyendo, intenta captar la idea general de lo
que ocurre en cada parte de la discusión. ¿Cuál es la estructura del artículo?
Algunos autores te dirán, al comienzo del artículo, cómo serán sus argumentos.
Esto hará tu trabajo más fácil.
Los artículos que leeremos no siempre tendrán una estructura
obvia. No siempre serán de la forma:
Esta es la conclusión que quiero que aceptes. Ahí va mi argumento
para tal conclusión.
Los autores de artículos científicos y académicos a menudo
ofrecen argumentos subsidiarios, argumentos para las premisas importantes a las
que apelan en defensa de su conclusión principal. Por ejemplo, la discusión de
un autor puede tener la forma siguiente:
La conclusión que quiero que aceptes es A. Mi argumento para
dicha conclusión es como sigue: B y C son ciertas, y si B y C son ciertas,
entonces A debe también ser cierta. Se acepta generalmente la verdad de B. Sin
embargo, está en cuestión si C es cierta. Creo que debes aceptar C por las
siguientes razones …
Aquí el argumento principal del autor es para concluir A, y
en el proceso de su argumentación a favor de A adelanta un argumento auxiliar a
favor de C. Intenta identificar los argumentos auxiliares, y las afirmaciones
que pretenden apoyar; intenta evitar confundir alguno de los argumentos
auxiliares con el argumento principal.
Los artículos pueden ser complejos también por otras
razones. No todo lo que el autor dice será una conclusión o una premisa que
apoye su conclusión. A veces apoyará sus ideas con experimentos mentales. A
veces argumentará a favor de una distinción en la que descansan sus tesis. A
veces argumentará a favor del rechazo de las ideas o argumentos de otros
autores. A veces defenderá sus ideas en contra de las objeciones de otro.
Vigila palabras como las siguientes cuando estés leyendo,
llamadas entre nosotros, conectores:
- porque, dado que, dado este argumento
- por tanto, por consiguiente, de aquí que, se sigue que,
consecuentemente, entonces
- sin embargo, pero
- en primer lugar, por otra parte.
Investiga en la red cuáles son los distintos tipos de
conectores que existen y haz una tabla de ellos.
Estas son señales que te ayudarán a seguir la estructura de
la discusión. Por ejemplo, un artículo de filosofía podría ir como sigue:
El filósofo X avanza el siguiente argumento contra el
dualismo …
El dualista tiene dos respuestas al argumento de X. Primero
….
Sin embargo, esta respuesta es problemática, porque ….
Un respuesta mejor para el dualista es …
X podría estar tentado de responder como sigue … Sin embargo
…
Etc. Las palabras ‘primero’, ‘sin embargo’ y ‘una respuesta
mejor’ nos ayudan a ver hacia dónde se dirige la discusión. También tú debes
usar estas señales en tus propios escritos académicos.
Otro ejemplo:
El escéptico dice que no podemos saber si vemos las cosas
tal y como realmente son, o si somos cerebros en cubetas impresionados o
alimentados con falsas experiencias, como los habitantes de Matrix.
El filósofo Y ofrece la siguiente objeción contra el
escéptico … Por tanto, Y concluye, no tenemos ninguna razón para pensar que
nuestra posición sea tan mala como el escéptico la pone.
Esta es una respuesta atractiva contra el escepticismo, pero
no creo que de hecho funcione, por la siguiente razón …
El filósofo Y podría responder a este problema de alguna de
las dos formas siguientes. La primera es …
Sin embargo, esta respuesta falla porque ….
La segunda posible respuesta es … Sin embargo, esta
respuesta también falla porque …
Por tanto al final creo que la objeción de Y contra el
escéptico no se puede sostener. Por supuesto, esto no significa que yo mismo
sea escéptico. Estoy de acuerdo con Y en que la conclusión del escéptico es
falsa. Pero creo que tendremos que trabajar más para ver dónde se esconde en
realidad el fallo del razonamiento escéptico.
En este artículo, el autor pasa la mayor parte del tiempo
defendiendo al escéptico de los argumentos de Y, y considerando las posibles respuestas
que Y podría dar. Y la conclusión principal del autor es que la objeción de Y
contra al escepticismo no funciona. Es importante darse cuenta de que su
principal conclusión no es que el escepticismo es cierto.
2. Vuelve a leer el artículo cuidadosamente
Cuando hayas averiguado cuál es la conclusión principal del
artículo, y cuál es la estructura general del mismo, vuelve a leerlo con
cuidado. Fíjate en cómo encajan las distintas partes. Es muy importante ver
cuál(es) es(on) el(os) argumento(s) principal(es). Las razones que el autor
ofrece a favor de sus conclusiones. Los lugares concretos donde se desarrollan
los argumentos. Y también busca lo siguiente:
- Los lugares donde se presentan las definiciones o la
interpretación de los términos.
- Las distinciones que el autor introduce o defiende.
- Fíjate especialmente en los supuestos o presuposiciones
que no están siendo argumentados y en los que el autor se apoya en su
argumentación.
- Considera distintas posibles interpretaciones de lo que dice.
¿Hay ambigüedades importantes que afecten a su argumento?
Todo esto te ayudará a comprender mejor el artículo. Y será
crucial cuando te pongas a evaluar los argumentos, y decidas si aceptar o no su
conclusión.
Toma notas en las que aparezcan las principales piezas
argumentativas. Haz flechas y diagramas que muestren cómo crees que las piezas
encajan. Si no puedes hacerlo, entonces tienes que volver al artículo para
conseguir una mejor comprensión de lo que el autor pretende.
Deberías contar con leer un artículo académico más de una
vez. Los buenos filósofos, aquéllos que llevan más de 10 años haciendo
filosofía, aún tienen que leer una y otra vez los artículos antes de
comprenderlos. Digerir intelectualmente un artículo académico lleva tiempo,
esfuerzo y concentración. Está claro que no vas a entender todo lo que dice un
artículo la primera vez que lo leas, y habrá muchas partes del artículo que no
comprendas incluso después de leerlo varias veces. Pregunta cuando no
comprendas estas partes. Por ejemplo:
¿Qué ocurre en la página 13? Descartes dice X, pero no veo
cómo esto encaja con su afirmación anterior de que Z. ¿Se supone que X se sigue
de Z? ¿O está intentando argumentar aquí a favor de Z? Y si es así, ¿por qué
cree que X puede ser razón para aceptar Z?
3. Evalúa los argumentos del autor
Es obvio que sólo estarás en posición de evaluar lo que un
autor dice cuando hayas averiguado lo que realmente dice, y cómo son sus
argumentos.
Una vez llegado a ese punto puedes empezar a hacerte
preguntas como las siguientes: ¿Estás de acuerdo con el autor? Si no es así,
¿qué es lo que crees que falla en su razonamiento? ¿Necesita o usa premisas que
crees falsas? ¿Por qué crees que son falsas? ¿Hay presupuestos que el autor no
utiliza explícitamente, pero que crees que necesita para su argumento y además
son falsos? ¿Entraña su argumento una petición de principio o soslaya el autor
la pregunta?
A menudo sentirás que los temas que examinamos son líos
laberínticos y que no sabes qué razones creerte. Esto no hay forma de eludirlo.
La filosofía es así, y el ejercicio académico en sus diversas ramas también.
Todo lo que se puede decir es que, si trabajas duro, serás capaz de darle algún
sentido al lío. Empezarás a comprender cómo se relacionan entre sí las distintas
ideas y cuáles son sus pros y sus contras. En algún momento puede que te des
cuenta de que los problemas son aún más liosos y retorcidos incluso de lo que
pensaste, lo que será frustrante, y tendrás que volver atrás. Esto te puede
pasar una y otra vez. Y puede que nunca llegues a una conclusión definitiva.
Pero cada vez que vuelvas sobre el problema, verás que te parece entenderlo un
poco mejor. Así es como se progresa en filosofía. Nunca es más fácil.
A veces un tema filosófico lleva a otros tres, que llevan a
otros … y es imposible explorar bien todas las conexiones relevantes. Así que
tendrás que aprender a seguir adelante sin tener respuestas definitivas. Puede
que no seas capaz de llegar a tener una idea establecida sobre si debes o no
aceptar las conclusiones y argumentos de un filósofo, porque eso significaría
tener claro primero otras ideas P, Q, y R, sobre las que aún no te has puesto
ni a pensar. Es perfectamente normal. Grandes filósofos y buenos profesores
también sienten lo mismo sobre lo que leen.
Otras veces, puedes estar seguro de que algún argumento está
equivocado, pero no tienes ni el tiempo ni los recursos para averiguar, o para
explicar, o para argumentar sobre todo lo que está mal en el argumento. En esos
casos, puedes aceptar provisionalmente alguna de las premisas del argumento, y
concentrarte en otras, que creas más importantes o más fáciles de criticar. Es
por esto también, que muchas veces oirás a muchos pensadores decir: “Incluso si
asumimos tal y tal por mor del argumento, aún pienso que este argumento falla
porque …” .
Después de leer el texto, el estudiante deberá recoger las ideas que merecen resaltarse, con el fin de
socializarlos en la clase siguiente.
El libro de Bunge, Mario, La ciencia, su método y su filosofía, lo encuentran en el siguiente link, y deberán leer hasta la página 23 de esta edición.
http://www.maestriaoeapifj.org/maestria/curso/material/u6/Lecturas/La_ciencia_Mario_Bunge.pdf
Éxitos. Fernán Ramírez, Docente.
framirez3@cuc.edu.co